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06:45 | Lima, may. 21.
Chiclayo y Lambayeque están en boca de todo el mundo y no dejan de irradiar magnetismo turístico gracias a su fuerte vínculo que marcó la vida del nuevo papa León XIV cuando fue obispo en la Diócesis de la Ciudad de la Amistad. ¿Cuáles son las claves de la identidad chiclayana y lambayecana que cautivan al sumo pontífice y a los turistas que llegan a este destino peruano de imprescindible visita?
A continuación, conoce aspectos que definen la identidad de la población chiclayana y lambayecana que han dejado huella en la existencia del papa León XIV y cautivan a los turistas que visitan este importante destino peruano.
Hospitalidad a flor de piel
El bien ganado título de «Capital de la amistad» es lo primero que resalta cuando se establece contacto con los habitantes de Chiclayo y del departamento de Lambayeque en general. Y no es ninguna exageración.
Desde el primer saludo del día, pasando por las maneras de solicitar algo o atender a los visitantes, se siente la calidez y hospitalidad de los chiclayanas y lambayecanos. Atentos y sonrientes, siempre se expresan con cariño y disponibilidad que contagian y que llegan a ser la mejor carta de presentación de esta generosa población del norte peruano.
Así lo sintió el entonces obispo Robert Prevost desde que llegó por primera vez a Chiclayo para asumir la dirección de la Diócesis. En todo el tiempo que ejerció su misión pastoral, el hoy papa León XIV recibió en cada lugar visitado el entrañable afecto y alegría de la población de todas las edades.
Inquebrantable fe religiosa
Chiclayo y Lambayeque son sinónimo de fe y fervor cristiano inquebrantable que se evidencia en sus festividades religiosas. Tres de las más emblemáticas son la que rinde culto a la Santísima Cruz de Motupe, al Jesús Nazareno Cautivo y la que se profesa al Divino Niño del Milagro de Ciudad Eten.
En ambas celebraciones se aprecia la multitudinaria concurrencia de fieles devotos de todas las edades y condición socioeconómica a los santuarios erigidos para albergar esas imágenes veneradas, así como en las procesiones, misas y peregrinaciones procedentes de todas partes del Perú e incluso de otros cercanos y lejanos países. La visita de creyentes es constante a lo largo del año.
Esta marcada impronta espiritual, que es parte del ADN chiclayano y lambayecano, marcó la vida del papa León XIV quien, en su primer mensaje tras ser elegido máximo líder de la iglesia católica, destacó sobremanera al saludar a los fieles que tuvo la fortuna de conocer durante su desempeño en la Diócesis.
Patrimonio arqueológico e histórico milenario
Chiclayo aglutina una de las más ricas herencias culturales e históricas del Perú. Epicentro de las importantes culturas Lambayeque o Sicán y Mochica, alberga imponentes edificaciones que sobreviven a los tiempos y también a los mejores museos del norte peruano, siendo uno de los destinos claves en la Ruta Moche.
Entre los vestigios del esplendor precolombino que pueden apreciarse en Chiclayo destaca el complejo arqueológico de Túcume y el valle de las Pirámides, situado a 33 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo, en la parte baja del valle de La Leche, al noroeste de Perú. Está formada por los restos de numerosas pirámides o huacas de adobe, en torno a una estructura rocosa conocida como el Cerro La Raya.
Fue uno de los centros administrativos y ceremoniales de la cultura Sicán o Lambayeque, y data del siglo XI de nuestra era. Fue anexada sucesivamente al reino Chimú y luego al imperio incaico, y se mantuvo vigente hasta la época de la conquista española.
Hablar de Chiclayo es referirse indudablemente al descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, suceso ocurrido el 20 de julio de 1987 y considerado un hito trascendental para la arqueología mundial, solo comparado con el hallazgo de la tumba del faraón egipcio Tutankamón a inicios del siglo XX.
Los cuantiosos tesoros descubiertos en Lambayeque se atesoran en los museos Brüning y Tumbas Reales de Sipán, ubicados en la ciudad de Chiclayo. El museo Brüning, inaugurado el 10 de julio de 1921, es el más antiguo del norte peruano y es pionero en la investigación, conservación, defensa y puesta en valor del rico patrimonio cultural de Lambayeque. Lleva el nombre de su gestor, Hans Heinrich Brüning, ciudadano alemán que llegó al Perú a principios de 1870 y por más de 50 años desarrolló una esforzada e indesmayable labor en defensa de la herencia cultural precolombina.
Por su parte, el museo Tumbas Reales de Sipán, inaugurado en 2002, está dedicado a la investigación, protección y difusión de los más importantes descubrimientos arqueológicos realizados en Sipán.
El museo exhibe las joyas reales que conforman los ajuares funerarios de los principales personajes de la élite mochica. Entre ellos destaca el Señor de Sipán, descubierto en 1987.
Recursos naturales excepcionales
Chiclayo posee un conjunto de lugares naturales de excepcional belleza, entre los que destacan sus bellas playas y balnearios como Pimentel, que cuenta con el muelle más largo del Perú y que combina el atractivo de sus olas con excelentes restaurantes que elaboran deliciosos potajes a base de pescados y mariscos.
Asimismo, sobresale el Santuario Histórico Bosque de Pómac, área natural protegida por el Estado que alberga un bosque seco biodiverso, cuna de historia preinca y naturaleza viva hasta nuestros tiempos. La cultura Sicán dejó en Pómac una huella imborrable de su riqueza cultural y de su notable conocimiento en el manejo sostenible del entorno natural.
Esta área protegida alberga casi 6,000 hectáreas de bosques de algarrobo, especie endémica de la costa norte peruana. Durante el recorrido podemos conocer el lazo existente entre esta cultura y su entorno natural, dos elementos que se unen para crear un paisaje cultural único, que comprende, además, diversas especies de aves endémicas y la mayor cantidad de pirámides prehispánicas de Sudamérica.
Bajo la amenaza de la agricultura ilegal, la tala y otras actividades clandestinas, el Gobierno nacional, regional y local, junto al sector privado, las organizaciones no gubernamentales, la Academia y la población local iniciaron acciones para preservar y restaurar las áreas degradadas para recuperar la integridad de los 1.706. 47 hectáreas de ecosistemas afectados. En el primer trimestre de 2025, sumaron 2,433 las visitas al Santuario Histórico Bosque de Pómac, según datos del Mincetur.
Un hito relevante para la promoción turística ha sido la reciente distinción del Santuario Histórico Bosque de Pómac con la Jerarquía 4, el máximo reconocimiento turístico en el Perú. Esta categoría lo coloca al nivel de destinos como Machu Picchu, el lago Titicaca, el Cañón del Colca, el río Amazonas y las Líneas de Nasca, consolidándolo como un atractivo excepcional a nivel internacional.
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Gastronomía reconocida mundialmente
Una de las indelebles conexiones de Chiclayo con el papa León XIV y con todo turista que visite este destino peruano es, sin duda, la exquisita gastronomía que cautiva para siempre a quien la prueba y descubre sabores y aromas sin parangón en el mundo.
La gastronomía de Chiclayo es una de las más variadas, originales y sabrosas del Perú, siendo reconocida mundialmente. Heredera de la ancestral civilización Mochica y enriquecida con el aporte europeo desde la conquista española, la culinaria chiclayana cuenta con una gran cantidad de potajes basados en productos locales emblemáticos como el zapallo loche.
El zapallo loche es un fruto originario que se cultiva en los valles de Mórrope, Túcume, Íllimo, Ferreñafe, Pítipo, Pimentel y Monsefú. La existencia de este vegetal hace 3,000 años atrás se testimonia en semillas y ceramios inspirados en este fruto que fueron descubiertos junto con personajes emblemáticos como el Señor de Sipán.
Entre los platos más emblemáticos destacan arroz con pato, reconocido por Taste Atlas como uno de los mejores del platos del mundo preparados con esa ave; el cabrito a la chiclayana, uno de los potajes favoritos del papa León XIV.
También resaltan el espesado, guiso elaborado con choclo molido y acompañado con carne de res y arroz amarillo; la tortilla de raya, el pellejo de cerdo frito con zarza de cebolla, el ceviche de caballa salada, el chinguirito, elaborado con carne de raya secada al sol, el chirimpico, guiso preparado a base de menudencias de cabrito; el chicharrón de pescado, la parihuela chiclayana, un caldo concentrado de pescados y mariscos.
Entre los postres destacan el icónico King Kong, un turrón relleno de manjar blanco y mermelada de piña, membrillo, tamarindo u otras frutas; la naranja rellena, a base de naranja agria rellena de manjar blanco o miel; la torta de natilla, un dulce cremoso que se prepara con leche, huevos y azúcar, cocido a fuego lento, entre otros. Y las bebidas típicas están representadas por la chicha de jora, obtenida de la fermentación de la mezcla de maíz de jora, chancaca, azúcar rubia y agua.
¿Cómo llegar a Chiclayo desde Lima?
Por tratarse de una ciudad de primer orden, Chiclayo está perfectamente comunicada con Lima y con otras ciudades del Perú, por vía aérea y terrestre.
Se puede llegar desde Lima por vía aérea en un vuelo que dura una hora y 15 minutos desde el aeropuerto internacional Jorge Chávez hasta el aeropuerto internacional Capitán FAP José A. Quiñones Gonzáles. Según el Mincetur, entre enero y febrero de 2025, el aeropuerto internacional Capitán FAP José A. Quiñones Gonzáles de Chiclayo recibió 76,474 pasajeros, lo que representa un aumento del 4 % respecto a lo registrado en igual periodo de 2024.
Por vía terrestre hay que recorrer una distancia de 771 kilómetros a través de la carretera Panamericana Norte, lo que demanda un viaje de entre 12 y 14 horas, dependiendo si se viaja en auto o bus y si se hacen paradas en ciudades intermedias.
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