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22:00 | Lima, jun. 20.
El bienestar es cada vez más importante en la vida de las personas, pues influye en su calidad de vida. Con el objetivo de entender las dimensiones que se valoran más, se llevó a cabo el estudio «Beneficios para el bienestar integral». Es importante destacar que el valor que las personas otorgan a sus distintas dimensiones refleja sus prioridades individuales, necesidades actuales y experiencias de vida.
Según los resultados de la firma PwC, el bienestar mental y emocional es la dimensión más valorada, con una calificación promedio de 8.71 sobre 10, lo que refleja la creciente preocupación por la salud mental y la construcción de un entorno emocionalmente seguro y equilibrado. En el ámbito corporativo, cada vez más organizaciones reconocen que el bienestar integral de los colaboradores es fundamental para desarrollar un buen ambiente laboral.
Incluso, influye en la decisión de los colaboradores de permanecer en su trabajo, siendo considerados sus beneficios como «muy importante» para el 52% de los encuestados. En este contexto, Oscar La Torre, socio de Consultoría de Negocios en PwC Perú, destaca la relevancia de integrarlo en la estrategia empresarial: «Si el bienestar no está en la estrategia, entonces la estrategia está incompleta.»
Por otro lado, el informe revela diferencias en la percepción del bienestar según el género. Mientras que las mujeres priorizan el psicológico y emocional, con una puntuación promedio de 8.82, los hombres ponen mayor énfasis en el financiero, que alcanza un puntaje de 8.58. Además, los hombres reportan mayor satisfacción general con los incentivos ofrecidos, en especial en el ámbito profesional y económico.
A su vez, los resultados demuestran que los colaboradores priorizan los beneficios que impactan de manera directa a su calidad de vida. Los factores clave para el bienestar mental y emocional incluyen el trabajo remoto, horarios flexibles y días libres adicionales, con un orden de importancia de 2.2, así como la cobertura de programas de salud mental y terapia psicológica, con un puntaje de 3.0.
En cuanto al financiero, los bonos e incentivos por desempeño alcanzan un 2.3, mientras que el apoyo para estudios, como el copago de especializaciones y maestrías, recibe una valorización de 4.6. En el ámbito físico, el seguro médico y la cobertura de salud familiar (EPS) obtienen un puntaje de 1.4, y los chequeos médicos preventivos y el acceso a especialistas se valoran en 3.0.
Ante estos hallazgos, Oscar La Torre señaló: «Conocer lo que realmente valoran las personas en cada dimensión del bienestar integral no es solo útil, es esencial. Nos permite diseñar estrategias personalizadas, efectivas y sostenibles que impactan directamente en la calidad de vida».
Estos resultados se alinean con los hallazgos clave del estudio, los cuales destacan las prioridades para los colaboradores según las siguientes dimensiones:
– Bienestar mental y emocional: Se consolida como la prioridad más alta, con especial énfasis en el manejo del estrés, la salud mental y la desconexión digital.
– Bienestar financiero: Existe una fuerte demanda por bonos, incentivos, apoyo para estudios y vivienda, reflejando la preocupación por la estabilidad económica.
– Bienestar profesional y de carrera: Se prioriza el crecimiento profesional, con énfasis en mentoría, capacitación continua y oportunidades de movilidad.
– Bienestar físico: Destacan el seguro médico, chequeos preventivos y alimentación saludable.
– Bienestar social: Se valoran los espacios de integración, reconocimiento y actividades con impacto social, aunque es la dimensión con menor calificación del informe.
Sin lugar a duda, existe una evolución en la percepción del bienestar, donde la estabilidad mental y emocional adquiere un papel central en el ámbito laboral. Este cambio cultural marca una transición desde enfoques tradicionales enfocados en lo económico o físico hacia una visión más integral y humana, que prioriza el equilibrio emocional como un pilar clave en el mundo empresarial.
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