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22:31 | Lima, jun. 13.
Para muchos padres, sostener por primera vez a su bebé es un momento inolvidable. Para los papás de niños prematuros, este gesto de amor va mucho más allá de la ternura: puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Así lo demuestran a diario los padres que, con el método del papá canguro, brindan calor, calma y esperanza a sus pequeños guerreros que llegaron al mundo con bajo peso.
Para estos niños prematuros, era el primer contacto con el corazón de papá, el momento de sentir su calor, su cariño, sus caricias. Una sensación que, en el 99 % de los casos, ayuda a que sobrevivan aquellos bebés que llegaron al mundo con bajo peso.
«Te voy a hacer este papá canguro. Me están enseñando cómo poner a mi bebita en el pecho, para sacarle el chanchito, hacerle sus masajes y para que se quede dormida. El contacto de piel a piel es la mejor experiencia, porque se siente lo maravilloso que puede ser papá: sentir el amor y el gran afecto por nuestra hija«, comenta uno de los padres que, con orgullo y emoción, ha aprendido a ser papá canguro en el Hospital Guillermo Almenara.
El Hospital Guillermo Almenara, de EsSalud, es uno de los centros de referencia en la aplicación de este método. Cada año nacen allí alrededor de 1,800 bebés, de los cuales 300 son prematuros y requieren este contacto humano y constante para fortalecerse y superar los primeros días, los más críticos.
El doctor Jorge Mucha, pediatra neonatólogo del hospital, explica que el método canguro consiste en mantener al recién nacido en contacto piel a piel, ya sea con la madre o el padre, lo que permite que el bebé conserve su temperatura corporal de manera natural.
«Esto es vital, porque los prematuros tienden a enfriarse con facilidad, y si están piel a piel, a pesar de estar descubiertos, su temperatura se mantiene estable«, detalla.
Pero más allá de los beneficios clínicos, el papá canguro es un puente de amor y unión.
«Ser papá canguro fortalece la relación con los hijos y, lo más importante, favorece el apego. Invitaría a que los papás se involucren en esta técnica, no solo en el hospital, sino también en casa. Como les he dicho, esto va a favorecer el desarrollo de sus niños«, enfatiza el especialista.
Este Día del Padre, los papás canguros del Almenara celebran con una emoción indescriptible.
«Me siento muy emocionado por la técnica de papá canguro. La conexión entre papá e hijos es muy bonita y me siento muy emocionado«, comparte uno de ellos.
Con el corazón hinchado de amor añade: «Pasar el Día del Padre es mi primera vez y me siento dichoso de tener el título de papá. Es muy bonito, es placentero».
En cada sala de neonatología, estos padres nos recuerdan que ser papá no solo es acompañar: es abrigar con el pecho y salvar con el corazón.
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