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22:53 | Lima, may. 9.
Durante su permanencia en Chiclayo, donde estuvo al frente de la diócesis, el papa León XIV veneró la imagen del Divino Niño del Milagro y la Cruz de Chalpón, símbolo de la religiosidad y fe de la región Lambayeque.
La elección de León XIV ha generado júbilo en nuestro país, en especial en Lambayeque, donde sus fieles lo recuerdan como un líder espiritual comprometido con la justicia y la verdad.
En el distrito chiclayano de Eten, a 20 kilómetros al noreste de Chiclayo, el ahora sumo pontífice respaldó el reconocimiento del
milagro eucarístico del Divino Niño del Milagro y en 2019 entregó personalmente a su antecesor, el papa Francisco, más de 20,000 testimonios de fe escritos a mano por los devotos.
Los fieles piden declarar capital eucarística a Eten por un milagro ocurrido el 2 de junio de 1649. Según la tradición popular, aquel día apareció por primera vez, en la hostia consagrada, el niño Jesús vestido con una túnica granate. Una segunda aparición se registró el 22 de julio de 1649 durante la misa oficiada en honor a la patrona del distrito, Santa María Magdalena.
Desde 2018, la parroquia Santa María Magdalena de Ciudad Eten, que rinde culto al
Divino Niño del Milagro Eucarístico, tiene el permiso del Vaticano para conceder la indulgencia plenaria –un perdón especial por las faltas o los errores– a todas las personas que participan en las peregrinaciones que conmemoran la aparición divina.
Cruz de Chalpón
En el distrito chiclayano de Motupe, ante la venerada Cruz de Chalpón, el entonces obispo Robert Prevost Martínez pidió por la paz en el Perú. El santuario, construido en 1943, es uno de los principales lugares de peregrinación del norte peruano, adonde miles de católicos del mundo se reúnen para rendir culto al madero.

Además, el sumo pontífice León XIV participó en la bendición del altar y sagrario de la capilla Espíritu Santo en Lambayeque, lo que fortaleció la fe de las comunidades locales.
«Mi querida diócesis de Chiclayo»
Desde el balcón del Vaticano, donde fue presentado como máxima autoridad de la Iglesia católica, el papa León XIV dirigió algunas palabras y para emoción de miles de peruanos que lo recuerdan no solo como obispo, sino también como amigo, comprometido y enraizado en la vida del norte peruano expresó: «Quiero enviarle un saludo a mi querida diócesis de Chiclayo».
Nacido en Estados Unidos, Robert Prevost llegó a Perú en 1985 como misionero agustino. Su labor lo llevó a Chulucanas (Piura) y Trujillo (La Libertad), pero fue en Chiclayo donde consolidó su vínculo con nuestro país. En 2014, asumió como administrador apostólico y, al año siguiente, recibió la nacionalidad peruana.
Su trabajo se centró en las comunidades más necesitadas, promoviendo programas contra la desnutrición infantil y defendiendo los derechos humanos.
El papa León XIV lleva consigo el cariño y las esperanzas de aquellos que lo conocieron en las calles de Chiclayo, en las festividades de Motupe, donde difundió y promovió nuestra riqueza cultural.
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