Sat, 30 Mar 2024 12:00:00 -0500
12:00 | La Libertad, mar. 30.
Por Luis Zuta Dávila
Después de 34 años de la primigenia excavación y estudio del sitio arqueológico Puémape, ubicado en el distrito de San Pedro de Lloc, en la región La Libertad, investigadores del Programa Arqueológico Chicama han encontrado nuevas evidencias sobre el templo religioso erigido allí hace aproximadamente 3,000 años por la sociedad Cupisnique y sobre el cementerio que funcionó posteriormente en esa zona durante la ocupación de la también cultura preinca Salinar.
Así lo reveló en exclusiva a la Agencia de Noticias Andina el arqueólogo Henry Tantaleán, quien dirige el Programa Arqueológico Chicama, auspiciado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y el Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos, y aprobado por el Ministerio de Cultura.
El investigador refirió que este sitio arqueológico, ubicado en el balneario de Puémape y de casi 90 hectáreas, que conforma el litoral semidesértico del valle de Cupisnique, entre los valles Chicama y Jequetepeque, en la provincia liberteña de San Pedro de Lloc, fue descubierto en 1990 por el arqueólogo Carlos Elera Arévalo e investigado por él y su colega José Pinilla Blenke. Debido a su importancia en el conocimiento del antiguo Perú fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 13 de marzo de 2008.
En aquella investigación, que no pudo completarse debido a la falta de financiamiento, se documentó importantes datos arqueológicos provenientes de una larga secuencia ocupacional correspondiente al desarrollo cultural Cupisnique. Los datos obtenidos entonces permitieron entender la naturaleza costeña en los orígenes y desarrollo de la cultura Cupisnique como la cultura matriz del pueblo muchik o mochica, y las que la sucedieron como Sipán, Sicán o Lambayeque, Chimú, hasta las poblaciones étnicamente muchik de nuestros días, presente en determinados pueblos del norte del país, siendo uno de ellos San Pedro de Lloc.
El equipo dirigido entonces por el arqueólogo Carlos Elera excavó solamente el lado este del templo de Puémape y entre los hallazgos más resaltantes destacó una vasija de arcilla con asa estribo a la que se denominó «El contorsionista», dado que representa a un personaje masculino con sus pies flexionados hacia atrás y que reposan sobre su cabeza. Esta singular pieza de cerámica Cupisnique se exhibe actualmente en el Museo de Arte de Lima.
Recientes investigaciones
El arqueólogo Henry Tantaleán indicó que las nuevas intervenciones en el sitio arqueológico Puémape empezaron el pasado 4 de marzo y tras varias semanas de excavación se descubrieron muros hechos de piedra por la cultura Cupisnique en el templo de Puémape y enterramientos posteriores al abandono de dicho monumento religioso, correspondientes a la época Salinar, cultura prehispánica que se desarrolló en la costa de los departamentos de Áncash y La Libertad, entre los años 500 a.C. y 200 d.C.
Templo milenario de Puémape
Sostuvo que, según las primeras estimaciones, el templo de Puémape habría sido edificado entre los años 1,000 y 800 antes de Cristo por la sociedad Cupisnique, siendo contemporáneo a los inicios de la cultura Chavín.
Agregó que, de acuerdo con las evidencias encontradas habría sido ocupado durante al menos 100 años antes de su abandono debido, al parecer, a hechos catastróficos provocados por el impacto del fenómeno El Niño en la costa peruana.
«Es un templo de forma cuadrangular con dimensiones de 18 metros por lado, construido a manera de una plataforma de medio metro de altura hecha con arcilla de color amarillo traída de un lugar lejano. Cuenta con una escalinata central orientada 10 grados hacia el norte y en las partes laterales y del fondo de esta plataforma en forma de letra «U» se levantaron muros hechos con piedras traídas desde la zona de playa, así como de cerros vecinos, y que tienen una altura de 1.50 metros. Estos muros estaban cubiertos por tres metros de arena», describió.
Argumentó que este templo fue un espacio de uso ritual, en la que -según la hipótesis de los arqueólogos liderados por Tantaleán- se realizaban cultos, preparaciones de cuerpos para enterramientos. «En su momento, el profesor Elera encontró evidencias de procesamiento de cinabrio, compuesto de óxido de hierro utilizado para cubrir los cuerpos de los cadáveres antes de ser enterrados, lo que configura el uso del monumento para fines esencialmente rituales», manifestó.
Agregó que la ocupación del templo se habría producido durante al menos 100 años y como máximo 200 años. «Luego ocurre el colapso de esta sociedad y el templo es abandonado rápidamente, al parecer por efectos del fenómeno El Niño. Algunas partes del recinto fueron destruidas, principalmente el suelo y la escalinata. Después de unos 400 a 500 años, y después que el templo es cubierto por arena de forma natural, una comunidad de personas relacionadas con la cultura Salinar habita muy cercanamente a este templo y también utiliza el espacio para enterrar muertos, incluso rompiendo el piso del templo Cupisnique», explicó.
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Entierros en época Salinar
Respecto a los entierros en el sitio arqueológico Puémape correspondientes a la época Salinar, Tantaleán detalló que se han descubierto hasta ahora siete osamentas de personas adultas, mujeres y hombres, cuyas edades se estiman entre 30 y 40 años, así como niños. Seis de ellos pertenecen a la época Salinar y otro probablemente a la época Cupisnique, precisó. Y se espera hasta el final del periodo de excavaciones encontrar otros dos o tres esqueletos humanos, añadió.
«Lo curioso de estos entierros es que los cuerpos fueron colocados de manera extendida boca abajo, es decir, mirando hacia el suelo. Además, todos los muertos están orientados con la cabeza en dirección sur y los pies hacia el norte, lo que constituye un patrón funerario bastante curioso», comentó.
Agregó que, aparentemente, el sitio fue utilizado durante algunas generaciones por la gente de Salinar como un cementerio. «Algunos de estos entierros tienen pequeñas ofrendas como mates o vasijas hechas con el fruto calabaza, están cubiertos con textiles y rodeados por cuerdas, mientras que en otros casos hemos encontrado textiles decorados y, como en la época Cupisnique, los cuerpos fueron cubiertos con cinabrio antes de ser enterrados, lo que configura una tradición de por lo menos 1,000 años», puntualizó.
En los entierros también se encontraron cuentas hechas con restos de moluscos marinos y un remo de madera que era utilizado para navegar en el mar y faenas de pesca.
Importancia del sitio arqueológico Puémape
Con estos nuevos hallazgos en el sitio arqueológico Puémape, Tantaleán sostuvo que este espacio fue importante a nivel ritual, tanto así que aún después de que los Cupisnique habían desaparecido y prácticamente no había huella de ellos, los grupos Salinar seguían enterrando a sus muertos allí.
«El templo tuvo una ocupación de alrededor de 100 años, aunque antes de su construcción que corresponde a la última etapa de la presencia Cupisnique en esa zona, hubo una gran época de enterramientos allí. Y es una de las primeras muestras de arquitectura monumental en esta zona», aseveró el investigador.
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Objetivo de la reciente investigación
Tantaleán afirma que con las nuevas tecnologías de registro y de datación con carbono 14 se podrá tener una cronología más precisa del sitio y, sobre todo, de la arquitectura del templo de Puémape, algo que no se logró concretar hace 34 años durante la investigación que encabezó el arqueólogo Carlos Elera.
«El templo no pudo ser fechado con carbono 14 por el arqueólogo Carlos Elera. Por ello, el objetivo principal de nuestra investigación en el sitio arqueológico Puémape fue fechar con carbono 14 y obtener, finalmente, la cronología absoluta para poder comparaciones con otros sitios arqueológicos que podrían ser contemporáneos. Este dato cronológico es muy importante para la arqueología peruana», enfatizó.
Añadió que las muestras recolectadas en las recientes excavaciones serán enviadas a un laboratorio especializado en fechado con carbono 14 de los Estados Unidos y se espera que los resultados se conozcan en alrededor de tres o cuatro meses.
Apoyo del gobierno local para continuar la investigación
El arqueólogo Henry Tantaleán destacó que, gracias al apoyo del alcalde provincial de Pacasmayo, Elmer León, se podrá extender un mes más el periodo de excavación y trabajo de campo en el sitio arqueológico Puémape.
«Inicialmente habíamos planteado intervenir durante todo el mes de marzo con nuestros propios recursos como Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos y el financiamiento de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero afortunadamente, la semana pasada, recibimos la visita del alcalde provincial de Pacasmayo, Elmer León, quien apreció la importancia de nuestro trabajo, conoce la importancia del sitio arqueológico de Puémape y esta muy interesado en que Puémape y su provincia recuperen su importancia como destino cultural y turístico. La autoridad edilicia nos ha asegurado el apoyo para poder continuar con las excavaciones durante todo el mes de abril», expresó.
Este apoyo se materializará con el financiamiento del alojamiento, alimentación de los arqueólogos y el equipo de apoyo, así como el pago a los obreros que son pobladores de San Pedro de Lloc capacitados para realizar las excavaciones.
«Con este mes adicional de trabajo de campo vamos a poder completar mejor el estudio del asentamiento, ampliar la exposición de la arquitectura y sentar las bases de lo que podría ser un futuro proyecto de puesta en valor y de gestión de este sitio tan importante para la arqueología peruana», resaltó Tantaleán, quien indicó que las excavaciones cuentan con el financiamiento de la Universidad del Sur de Florida, de los Estados Unidos.
Análisis de lo materiales obtenidos en las excavaciones
Una vez culminado, a fines de abril, el periodo de excavación, el equipo de arqueólogos liderado por Henry Tantaleán se trasladará con todo el material obtenido al laboratorio del Programa Arqueológico Chicama instalado en el balneario de Huanchaco, ubicado a una hora y media del sitio arqueológico Puémape.
«Allí tenemos instalaciones propias del Instituto Peruano de Estudios Arqueológico, reconocido por la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad para almacenar y desarrollar el análisis científico de los materiales», subrayó.
Investigación a futuro
Tantaleán señaló que existe interés en continuar investigando en el sitio arqueológico Puémape, por lo que se pretende volver para una siguiente temporada en 2025.
Para entonces, dijo, se piensa utilizar georadares para detectar si existen otras estructuras arquitecturas similares o contemporáneas al templo de Puémape. «Es un trabajo que requiere de instrumental específico, dado que la superficie está cubierta íntegramente de arena, pero es algo que se puede hacer a corto plazo», acotó.
Amenazas al sitio arqueológico Puémape
Sobre las amenazas que acechan al sitio arqueológico Puémape, el arqueólogo Tantaleán comentó que el huaqueo o excavaciones clandestinas del que ha sido víctima este espacio, incluso antes de su descubrimiento en 1990, no se ha detenido pese a que es una zona arqueológica intangible desde que fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, el 13 de marzo de 2008.
Otro peligro que afronta es la invasión de la zona arqueológica por parte de traficantes de terrenos que lotizan el espacio público pese a que es ilegal por tratarse de una zona intangible, manifestó.
El abandono en el que se encuentra actualmente el sitio arqueológico es otra amenaza dado que propicia, por ejemplo, el tránsito sin control de cuatrimotos, motos y otro tipo de vehículos con personas que visitan el balneario de Puémape atraídos por la belleza de su playa y poca concurrencia, a diferencia de otros como Huanchaco y Pacasmayo, pero que desconocen al parecer su importancia cultural, histórica y patrimonial, lamentó.
Equipo de investigación
Henry Tantaleán, codirector del Programa Arqueológico Chicama, lidera el equipo de investigación en el sitio arqueológico Puémape temporada 2024, que está conformado por el doctor franco-peruano Julio Bendezú, especialista en antropología física, encargado del análisis preliminar de los restos óseos exhumados.
Asimismo, integran el equipo los bachilleres en Arqueología Jorge Rodríguez y Kasandra Sangay, de la Universidad Nacional de Trujillo; y por Diana Huachaca, bachiller en Arqueología por la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. A ellos se suman cuatro operarios que son pobladores del distrito de San Pedro de Lloc y que fueron capacitados para las labores de excavación.
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