Los árboles altoandinos son más que simples espectadores del tiempo; son guardianes de valiosa información climática. Investigadores de la Universidad Continental y del centro de estudio de Canadá instalan una estación meteorológica en Huancayo, demostrando la importancia de estos estudios para comprender la variabilidad climática en el centro del Perú.
El trabajo realizado consistió en instalar la primera estación meteorológica en dicha localidad para obtener detalles sobre los bosques de Polylepsis, una especie que se presenta muy vulnerable a los efectos climáticos y que puede crecer desde los 3,800 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). Esta estación permitirá llevar muestras de los árboles entre 40 y 110 años, de los bosques de quinales a 4,200 m.s.n.m. que se estudiarán en los laboratorios de anatomía de la madera y de dendrocronología de la Universidad Continental.
«La importancia de estudiar estos árboles radica en su capacidad para registrar y revelar los secretos climáticos más profundos, situados por encima de los 3,500 metros sobre el nivel del mar, son los primeros en sentir los impactos del cambio climático. Su análisis detallado ofrece una ventana al pasado, presente y futuro climático, proporcionando una guía invaluable para la toma de decisiones ambientales», afirmó Gaby Inga, docente e investigadora de la Escuela Académica Profesional de Ingeniería Ambiental de la Universidad Continental.
En conversación con la Agencia Andina, Inga nos comenta que los datos obtenidos de los anillos de crecimiento de estos árboles no solo complementan, sino que enriquecen las predicciones climáticas actuales, y que estos registros precisos permiten correlacionar eventos climáticos pasados con el crecimiento del árbol, mejorando significativamente la precisión de las predicciones y proporcionando una visión más completa del clima regional.
Esta investigación es posible por la medición que se realiza al diámetro del ancho de los árboles que crecen en el bosque. Una vez se realiza esta medición, se extrae una colecta de la madera, la cual tendrá un procedimiento en el laboratorio. De esta muestra, se toma como referencia el último anillo de la muestra extraída como el año 2023.
«Aunque los anillos de crecimiento son la clave principal, otros factores como plagas, incendios y la edad del árbol también influyen en la capacidad predictiva de estos gigantes vegetales. Sin embargo, mediante técnicas especializadas, se minimizan estos efectos para extraer la señal climática más pura y precisa», resaltó Inga.
¿Qué técnicas específicas se utilizan para analizar las muestras de árboles? En los laboratorios de anatomía de la madera y dendrocronología, los expertos utilizan métodos destructivos y no destructivos para analizar muestras de árboles recolectadas. Desde la obtención de muestras hasta la comparación de anillos, cada paso es crucial para desentrañar los secretos que yacen en el corazón de estos árboles centenarios.
El método destructivo implica cortar el árbol para obtener muestras de su madera, lo que puede alterar permanentemente el ecosistema forestal y afectar el crecimiento futuro del árbol. «Esto se realiza principalmente cuando se trabaja en colaboración con empresas madereras u otras organizaciones donde se necesita obtener información detallada de la madera. Una vez cortado el árbol, se extraen secciones transversales que luego se procesan en el laboratorio para analizar los anillos de crecimiento y otros datos», explicó Gaby Inga, docente de la Universidad Continental.
Por otro lado, el método no destructivo se basa en la extracción de muestras sin dañar significativamente el árbol, en donde se emplean barrenos o taladros mecánicos que perforan el tronco del árbol para extraer pequeñas muestras cilíndricas, similares a un cigarro.
«Esta técnica minimiza el impacto en el árbol y permite obtener información sin comprometer su salud o integridad estructural. Las muestras obtenidas se procesan en el laboratorio de manera similar a las muestras obtenidas mediante el método destructivo, lo que permite realizar análisis detallados de los anillos de crecimiento y otros parámetros», precisó.
La instalación de estaciones meteorológicas dentro de los bosques altoandinos marca un hito en la precisión de los datos climáticos. Estos instrumentos proporcionan una visión detallada y localizada del clima, permitiendo una correlación más precisa entre los eventos climáticos y el crecimiento de los árboles.
Del mismo modo, Gaby Inga asegura que estudios pasados han ayudado a la obtención de diversos resultados significativos que han contribuido al entendimiento y la predicción del cambio climático en los bosques altoandinos, como la correlación entre el ancho de los anillos de crecimiento de los árboles altoandinos y eventos climáticos pasados, como períodos de lluvia intensa o sequías, lo que ha permitido reconstruir históricos climáticos detallados de la región.
Así como en la dentificación de patrones de crecimiento en diferentes especies de árboles y su relación con cambios en variables climáticas como temperatura, precipitación y humedad, lo que ha proporcionado información valiosa sobre la adaptación de los árboles a condiciones climáticas cambiantes.
Y la valuación de la salud y la resiliencia de los bosques altoandinos frente al cambio climático, incluyendo la detección de posibles impactos negativos como la disminución del crecimiento de los árboles o la mortalidad forestal.
«Anteriormente solo hemos usado datos de estaciones meteorológicas del Senamhi. Ahora tenemos la oportunidad de que la estación va a estar dentro del bosque. Es una experiencia que nos va a enriquecer mucho como investigadores», señaló la docente.
La colaboración con centros de investigación internacionales, como los de Canadá, enriquece el proyecto al proporcionar recursos técnicos y metodológicos adicionales. Esta asociación fortalece la investigación y promueve el intercambio de conocimientos, destacando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático.
La expedición científica, se desarrolló del 5 al 8 de enero, tuvo como lugar el bosque y nevado de la comunidad campesina de Chaquicocha y contó con la participación de una delegación de 21 personas, entre estudiantes, docentes e investigadores de la Universidad «Cégep André-Laurendeau» del distrito de LaSalle de Montreal, Quebec, Canadá y la Universidad Continental.
Los resultados de esta investigación no solo informarán las políticas de conservación, sino que también inspirarán acciones concretas para proteger estos ecosistemas vitales. Esta investigación con fines científicos es desarrollada en Perú, y podría ser el primer paso para hallar indicios de una posible relación entre árboles altoandinos de Huancayo y un pronóstico de las condiciones climáticas del futuro.